Saturday, August 8, 2009
Diane Arbus imaginada
Agitada y confusa logre escaparme de entre el vulgo callejero, separarme un poco hacia las aceras y desde alli verlos pasar, caminar, conversar y hasta despotricar contra cualquier tema de moda mientras pisotean las baldosas. Todos son muy diferentes, y hay al mismo tiempo algo que lo hace particular a cada uno. Veo gente hablar, sonreir, y llego a sentirle las tristezas y las alegrias de solo echarles una mirada. Trato de leer en sus ojos, en el gesto de la mano y apenas en ese segundo puedo ganarle una vida al tiempo. Saco de mi pequeno maletin negro una vieja camara fotografica, artefacto mitico capaz de inmortalizarnos. En apenas un instante he logrado fotografiar a la senora de lentes oscuros que en el gesto de andar como que empuja hacia atras el peso de su cuerpo, parece mas bien ciega, quizas por eso sus pasos sean mas cortos. Ya he tomado tambien una fotografia a un nino y a dos viejitas bien arregladas que pasean risuenas. Observo a las personas a mi alrededor, me las imagino desnudas y terriblemente solas, no puedo evitar querer hablarles, tener esa inquietud de acercarme a ellos, como queriendo vivir sus vidas. Vuelvo a casa con mi tesoro. Despues del revelado me re encuentro con todos nuevamente, con la belleza de pequenas existencia que nadie mas que yo puede notar. El diario deambular por la vida me lleva por caminos que desconozco, pero que me atraen como por una fuerza de gravedad horizontal, no puedo evitarlo, me apasionan las vidas simples de personajes curiosos, peculiares, marginados, casi imaginarios. Siento que naci en un mundo al que no pertenesco y que para librarme de el tendre que encontrar a otros que como yo busquen desesperadamente escaparse cada noche a una fiesta de locos.
Wednesday, August 5, 2009
Una mujer y un jardin.
Inhabit the garden. Shall we follow?
T.S. Elliot
Sentada en esta plaza caliente y vacia pienso en un libro como si fuera un lejano amor. Lo siento pegado a mis cienes y en la herida seca de mis raices. No esta, sin embargo, ausente, su existencia parte de mi. A veces lo dejo reposar en la quietud de mi pecho o lo pongo contra la ventana para que viva un poco y sienta el mundo que se opone a el, que lo amenaza y lo remplaza de algun modo. Pero acaso iba yo a hablar de un libro o de un amor? De la historia monotona de una mujer y un jardin o de este letargo que ha sido esperar cada dia el pasar constante y silencioso de estas paginas descoloridas y añejas. Pego la cara entre la ultima pagina del capitulo IX y el inicio del capitulo X, respiro ese aroma a melancolia y biblioteca antiquisima, a madera dulce y te de manzanilla. Recuerdo cuando me regalaste el libro en la Plaza de Armas, el viento salado proveniente de la Bahia se impregnaba en cada cosa. Me observabas sonreir frenetica ante algo tan mundano, te provocaba sorpresa y desconcierto verme tomar aquel libro entre mis manos con una emocion desnuda y fiel, como si hubiera un algo sagrado en ese acto de poseer un libro, como si aquella posesion fuera a salvarme de todo. Era la primera edicion del libro Jardin publicada en España en el 1951, escrito por Dulce Maria Loynaz. El libro aunque viejo y de hojas amarillentas se conserva perfectamente, esta lleno de algunas notas a lapiz que nunca he querido borrar. En cada una de esas notas que yacen al margen de un parrafo encuentro algo inquietante y esperanzador; como si este desconocido me hablara desde un tiempo fuera de este tiempo, como si en la vida del libro estuviera tambien la vida de sus lectores. En las noches a veces siento un respirar ahogado, casi quejumbroso, que se desprende de los nervios y los planos verduscos del libro, de esa profundidad tupida y apretada que es la novela. Pienso que Barbara no ha muerto, que su inmortalidad esta pegada al musgo del Jardin, debajo de las piedras y los gajos obscuros. O mas bien no quiero que muera! Resisto! No deseo ponerme sentimental otra vez. No en esta tarde calurosa y seca donde hay como una prisa contagiosa y los demas no comprenden este humedo material del que estoy hecha.
Saturday, August 1, 2009
Entracte
Despues de la Crema de Alcachofa las Alcachofas Fritas son mi receta favorita. Que mania esta de freirlo todo! Como si no tuvieramos ya bastante con la freidera mental que el calor exacerba en dias como estos. Los dejo entonces deborar las hojitas crujientes de esta alcachofa. Ah! Y si acaso les sobra corazon, no lo tiren! Guardenlo mejor para el desayuno del dia siguiente!
Ingredientes: 4 alcachofas, 2 cucharadas de aceite de oliva, 2 huevos 1 limón 1-2 cucharadas de harina de trigo, aceite vegetal, sal, pimienta recién molida.
Preparación: Mezclar en un bol los huevos, el aceite de oliva, la harina, la sal y la pimienta. Limpiar las alcachofas quitando las hojas externas más duras. Partirlas en 8 rodajas y sumergirlas en la mezcla.Cuando estén bien cubiertas, freírlas en una sartén grande con el aceite caliente. Al cabo de 4 minutos, o cuando estén doradas, escurrirlas, pasarlas por una hoja de papel absorbente, salpimentarlas y servirlas enseguida con unas gotas de limón.