Hannia habia escrito una historia, que yo recuerde muy triste, sobre la Maman que habia aparecido de pronto en La Habana, asociandola con la misma que ella habia visto por primera vez hacia un par de agnos en una plaza de Copenhagen mientras paseaba una tarde con su amante que era un irlandes residido en Dinamarca; y siendo esta igual a la que dos agnos despues viera ella misma a las afueras de la galeria Nacional en Otawa, la misma –segun ella- que vio en Londres y en Belgica. Era una novela corta o un cuento largo que me dio a leer una vez que coincidimos en una de las galerias de La Moderna Poesia. La verdad que yo a Hannia la veia poco porque para ese entonces el danes trabajaba para la UNESCO y andaban de un lado para otro. Pense entonces que solo dos razones muy poderosas la habian motivado a entregarme ese manuscrito precisamente a mi, la primera pues que yo en ese entonces trabajaba como editora de La Postdata y quizas Hannia guardaba la lejana esperanza de que a traves de mi lograra la publicacion de su obra y la segunda pues por la amistad que nos unia hacia muchos agnos, probablemente las dos la motivaron y quizas un poco el azar, ya que nuestra pasion por los libros nos habia hecho cruzarnos esa vez como tantas otras. Me lei las veintidos paginas de su corta novela aquella misma noche y quede fascinada al instante. En su relato Hannia imagina que Maman deambulaba por las calles del mundo buscando un sitio tranquilo donde pudiera tener en paz a sus crias; contaba los dias terribles que la gigantesca arana habia sufrido en Bilbao o en Sao Pablo o incluso en Nueva York y en Washington donde vivio por algun tiempo sin encontrar la comodidad ni el ambiente que ella requeria, hasta que al fin llegaba al lugar perfecto donde dar a luz; una ciudad que por las descripciones de la autora y algunos datos geograficos se deduce que fuera La Habana. La tejedora trae al mundo tantas crias que terminan devorando la ciudad y con ella a sus habitantes; naciendo de ahi un viejo mito sobre alguna ciudad que por causa de su belleza estaba condenada a desaparecer. Intente que hicieran publicar la novela durante los poquisimos meses de vida que duro La Postdata; pero cancelaron pronto la revista por falta de apoyo economico por parte de los colaboradores y patrocinadores. Ahora espero que el destino nos vuelva a cruzar alguna vez para devolverle a Hannia su manuscrito sin el remordimiento de todavia deberle una publicacion. Ojala no note mucho esta fobia por las aranas que me he descubierto de pronto.
Las monumentales aranas de la artista plastica y escultora franco-estadounidense han recorrido el mundo. Estas esculturas gigantes de bronce han sido exhibidas en muchas ciudades; en centros culturales como los tan conocidos museos Guggenheim. Louise Bourgeois es un icono dentro del arte contemporaneo, una creadora apasionada que convierte el espacio comun en una fantasia habitable.
el cuento es mio y lleva el titulo de este post!
2 comments:
Si que han viajado las arannas de Louise Bourgeois. Yo las vi en Manhattan en diciembre del 2000. Ah, ahora ya sabemos que fue lo que le paso a la Habana. Pero me asusta la idea de que la ciudad este condenada a desaparecer precisamente por su belleza. Me asusta porque quizas no sea del todo imposible que ocurra asi.
Estuvieron en la Habana. Luego las sustituyeron por Cinco Palmas, que estaban espantosas. Eso parece confirmar tu cuento. Besos.
jajaja, no sabia lo de las palmas!! que cheo!! .... yo las vi en la habana! a la madre y a la hija! me sorprendieron! eran realmente grandes! las encajonaron en aquel lugar que nunca me gusto para ellas! debieron estar mas cerca del mar! que se yo! pero mira tu! va y a lo mejor les gustaba estar alli! .....
a mi tambien me asusta la misma idea, pero es que esa ciudad tienes algo! besos erne y gracias!
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